lunes, 30 de agosto de 2010

Unidad Popular: Colombia: ¿Dónde estamos? ¿Hacia dónde vamos?

Unidad Popular: Colombia: ¿Dónde estamos? ¿Hacia dónde vamos?: "ArgosIs Rep. Colombiana....

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Unidad Popular: Republica Dominicana: TRANSCULTURIZACION+CONSTITUC...: "Colaboracion: Compañera Albania Camacho... Es conocido que las constituciones que rigen los países de algún modo reciben inspiración de ..."

La Revolución Cubana: su impacto en la región. La política norteamericana hacia América Latina hasta fines de la década de los 80.

Segunda Parte:

   El presidente Jonson (1963-) proclama el derecho del gobierno estadounidense a intervenir en los asuntos internos de cualquier país latinoamericano cuando considere amenazado su interés nacional En su aplicación resalta:

  • La intervención a Panamá en 1964, para reprimir una manifestación que reclama el establecimiento de la soberanía nacional en la Zona del Canal.
  • La intromisión en las elecciones chilenas de 1964 para promover el triunfo del demócrata cristiano Eduardo Frei Montalva frente al socialista Salvador Allende.
  • La intervención militar de abril de 1965 en República dominicana.
  • El apoyo a los golpes de Estado ocurridos en Brasil contra el presidente Joao Goulart en 1964, y en Bolivia contra el presidente Víctor Paz Estensor en 1964 y en Argentina contra el presidente Arturo Ilia en 1966.
  • Durante ese período funcionan los gobiernos contrainsurgentes de Raúl Leoni en Venezuela (1963-1967), León Velencia (1962-1966), y Carlos Lleras Restrepo (1966-1970) en Colombia; Julio Rivera (1962-1967) y Fidel Sánchez Fernández (1967-1972), en el Salvador y Jorge Pacheco Areco (1968-1971) en el Uruguay.
   Particular importancia reviste la dictadura militar brasileña implandad en 1964 a raíz del golpe de Estado contra el presidente Joao Goulart, porque se convierte en el prototipo de las dictadduras de tercera generación, que proliferan en América Latina durante los años 60,70 y 80. La dictadura militar de nuevo tipo, que impera en la región entre las décadas de mil novecientos sesenta y ochenta, tiene carácter institucional y está concebida para ejercer el poder de las armas como el único capaz de imponer en la región la reestructuración política, económica, y social que el imperialismo norteamericano necesita para afianzar su sistema de dominación continental.

   La represión desatada por las dictaduras militares de seguridad nacional no se limita a aniquilar a las organizaciones revolucionarias que desarrollan la lucha armada sino que se extiende a la destrucción de los partidos políticos y organizaciones sociales de izquierda y en muchos casos también de centro y de derecha. Eso es comprensible porque no se trata de conjurar la amenaza del comunismo sino también de servirse de ella para arrasar los remanentes del desarrollismo y de su expresión política el populismo. Es bien conocido que no todos los países de América Latina fueron gobernados por dictaduras militares en ese período, pero resulta innecesario fundamentar que ellas sentaron las pautas de la reestructuración neoliberal aplicadas en todo el continente a partir de la década del 70.

   Como reacción contra las dictaduras militares y los gobiernos civiles autoritarios, en la segunda mitad de los años sesenta se produce un repunte de la lucha armada revolucionaria.

   Cuando el 20 de enero de 1969 tomó la posesió del gobierno norteamericano Richard M. Nixon estaba convencido de la necesidad de emprender una reevalución de los medios y métodos de la dominación imperialista sobre América Latina.

   A pesar de sus esfuerzos el gobierno de Nixon no pudo evitar que llegaran al poder gobiernos de tendencia socialista como el de Allende o naconalistas revolucionarios como el de Torrijos ni que se iniciar un proceso de acercamiento a la revolución cubana liderado por países caribeños. Paralelamente se opera una intensificación de la lucha armada en Nicaragua, El Salvador, Guatemala, Colombia, Perú, Argentina y Uruguay.

   Frente a este auge revolucionario y nacionalista la actitud de la gobernación norteamericana fue:

  • Provocar la desetabilización y derrocamiento de los gobiernos que consideraba amenaza al interés nacional de los EU.
  • Implantación de nuevas dictaduras, entre ellas las que resultaron de los golpes de estado: En agosto de 1971 fué derrocado el gobierno boliviano encabezado por Juan José Torres, en julio de 1973 un autogolpe derrocó a Juan María Bordaberry en Uruguay y en septiembre de 1973 fué derrocado el gobierno constitucional de Chile presidido por Salvador Allende.
   Tras la sustitución de Nixon por el Gral. Ford, ocurrida tras el escándalo de Watergate, esa polícia se mantiene, como lo demustra el polpe de estado ocurrido en Argentina el 24 de marzo de 1976.

   Previamente, en 1975 la enfermedad de Velasco Alvarado en Perú había sido utilizada para sustituirlo por el Gral. Francisco Morales Bermúdez, quien le imprimió un giro a la derecha al gobierno del país.  La década de los setenta concluye con el mandato de James Carter en los EU (1977-1981).

   Como resultado de la ofensiva de la nueva derecha contra el gobierno de Carter, si bien los Tratados del canal se firman el 7 de septiembre de 1977, ello ocurre con gran retraso debido a las imporsiciones onerosas a Panamá. Por su parte, el proceso de normalizción de las relaciones con Cuba se revierte completamente en 1979. En sentido opuesto a los pasos dados durante los primeros dos años de su administración, incluída la firma de un Tratado de Pesca y la Identificación emitida por Crter, ordena a todas las agencias del gobierno de los Estados Unidos realizar un análisis exhaustivo de las relaciones con Cuba, para cerrar algunas existentes en el bloqueo que puediesen ser utilizados por el gobierno cubano en su propio beneficio económico,  Est directiva puede considerarse como antedesora de las leyes Torricelli y James - Burton.

Continuará la Tercera Parte:


Luciana Bemor:))*

Unidad Popular: Mexico: Mensaje AMLO 30 de agosto del 2010, Si Cal...

Unidad Popular: Mexico: Mensaje AMLO 30 de agosto del 2010, Si Cal...: "Colaboracion: Compañera Irama Herrera... 1. Eso de la llamada “delincuencia organizada”, que se rifa en los campos y las calles con el ejé..."

La Revolución Cubana: su impacto en la región. La política norteamericana hacia América Latina hasta fines de la década de los 80.

Primera Parte:

   El triunfo de la Revolución Cubana marca el inicio del período más reciente de la historia contemporánea en América latina. A partir de ese acontecimiento la década que se inició se caracterizó por la ofensiva del imperialismo norteamericano destinada a destruir al primer estado socialista del continente y por el empleo de las dictaduras militres de Seguridad Nacional con el fin de contener las luchas populares en el resto de los países e imponer un nuevo sistema de dominación continental. La agresiva norteamericana se multiplica porque al calor de la revolución cubana, poco después aparecen movimientos guerrilleros en el Perú, Nicaragua, Venezuela, Guatemala y Argentina, ninguno de los cuales logró sobrevivir.
  
   Durante los primeros años la política anticubana incluyó a Girón, la expulsión de Cuba de la OEA en 1962, la colocación del mundo al borde de una guerra nuclear durante la Crisis de Octubre de 1962, los ataques terroristas lanzados por mar, aire desde el territorio estadounidense y de terceros países, unido a la organización, financiamiento y dirección de grupos contrarrevolucionarios en áreas rurales y urbanas, cuyo fracaso condujo al mantenimiento del bloqueo económico y financiero decretado sobre la isla desde principios de la década del 60, a lo que se suman además el aislamiento continental de la isla y las continuas amenazas de agresión.
  
   Es este marco el imperialismo afianzó el papel del Sistema Interamericano como mecanismo de injerencia e intervención, mediante la afirmación del apoyo colectivo a la democracia representativa, la creación de un Comité Consultivo de Seguridad de fachada facilitada por la OEA para transformar la invasión unilateral a Santo Domingo en 1965 en una ocupación militar y una negociación de carácter panamericano.
 
    En el período y con el apoyo del Sistema Internamericano, fueron aplicadas sanciones en Perú 1962, Guatemala 1963, República Dominicana 1963, y Honduras 1963. Durante este período los avances reales, pero incipientes y limitdos, en la utilización de la OEA como mecanismo de dominación, el llamado Sistema Interamericano no desempeña el papel principal en la pacificación de América Latina. Aunque se realizan varias propuestas para que fuese el promotor de una desarrollo latinoamericano ajustado a las pautas generales establecidas por la CEPAL, cuando el presidente Kennedy las asume con fines contrainsurgentes en la Alianza Para el Progreso, lo hace de manera sesgada. Si bien el programa duplica el crédito publico de los EEUUen la región, no lobra en cambio convertirse en el estimulo para los flujos de inversiones externas ni tampoco para ahorro interno.

   La estrategia contrainsurgente recae en las dictaduras militares, apoyadas mediante el entrenamiento, el asesoramiento y el equipamiento otorgado por las fuerzas aramdas de los EEUU, ejecutado por mediación del Programa de Asistencia Militar (PAM). Este programa incluye la donación de material militar, la venta de armamentos a bajo costo, el entrenamiento de oficiales y la dirección encubierta de las operaciones contrainsurgentes desarrolladas por las misiones militares estadounidenses, a las que se suman los cursos impartidos en la Academia Internacional de la Policía, el control de los órganos locales de seguidad por parte de la CIA y el Buró Federal Investigaciones, todo ello unido al uso de grupos paramilitares.

Continuará la segunda entrega...

Luciana;))*

domingo, 29 de agosto de 2010

La República Bolivariana de Venezuela y la Lucha Antiimperialista

Son ya 11 años desde que la Revolución Bolivariana alimento las ansias de justicia social al pueblo venezolano.

Desde el balcón de Miraflores, la casa del pueblo, el Presidente Chávez proclamaba lo que hoy en día es un hecho, que su gobierno iba a ser el gobierno del pueblo, ante una multitud arrolladora de alegría característica de un pueblo que recobra su esperanza después de muchos años sometido al imperialismo.

Los datos hablan por si solos, el presidente de ONU, Alí Abdessalam Treki, resaltó los logros alcanzados del Gobierno Bolivariano de Venezuela, cumpliendo con creces las metas del Milenio, que valora la erradicación de la pobreza, el acceso a la educación primaria universal, la igualdad entre los géneros, la mortalidad infantil y materna, el avance en la investigación frente al SIDA y el sustento del medio ambiente.

Como dato importante se debe de valorar además que según el estudio del Latino barómetro de este año (estudio de opinión pública que aplica anualmente alrededor de 19.000 entrevistas en 18 países de América Latina representando a más de 400 millones de habitantes), Venezuela se confirma con 80% como la mayor conciencia democrática en Latinoamérica, cuyo promedio regional es de 59% y además resalta que Venezuela es el país menos desigual de toda Latinoamérica, obteniendo un 36% sobre la medida latinoamericana que es de 21%.

Hoy por hoy el pueblo Bolivariano de Venezuela tiene las riendas de su propio destino en sus más altas dimensiones, gozando de la libertad que tiene un país declarado libre de analfabetismo por la UNESCO y siendo partícipe de las decisiones del país a través de los consejos comunales, que han supuesto un papel protagónico de todas las mujeres y los hombres en la política diaria del país, logrando alcanzar en 2009 el índice de Gini más bajo de la historia venezolana y el continente latinoamericano, lo que implica avances en la redistribución equitativa de la riqueza y la disminución de la desigualdad.

Todos estos avances logrados bajo el empoderamiento de las venezolanas y los venezolanos son grandes alicientes en el año en el que Venezuela festeja el Bicentenario de su Independencia.

Hoy el pueblo bolivariano de Venezuela puede celebrar que por fin tiene las armas para alcanzar su total independencia bajo el indiscutible liderazgo del Presidente Hugo Rafael Chávez Frías.

Don Isaías Rodríguez, Embajador de la República Bolivariana de Venezuela ante el Reino de España, citaba en el foro sobre el Bicentenario de la Independencia celebrado en la Feria de Turismo de Torremolinos que “estamos dispuestos -con el consentimiento o no del imperialismo- a construir nuestro proyecto social solidario, complementario, justo, equitativo, sin excluidos, en paz, con libertad y con soberanía. No vamos a pedir permiso esta vez. Lo vamos a construir. Y ya empezamos.”

Efectivamente el pueblo bolivariano de Venezuela está reescribiendo su historia con la fuerza digna de la Espada de Bolívar, defendiéndose del feroz capitalismo en su forma más extrema: el imperialismo.

Hablando de la Independencia de Venezuela, hablamos también de la Integración de Latinoamérica.

Hasta ahora todos los países de Latinoamérica han estado sometidos al imperialismo estadounidense sin ninguna posibilidad de cooperación entre países hermanos.

El 14 de Diciembre del 2004, la República de Cuba y la República Bolivariana de Venezuela comienzan el camino hacia la integración y crean la Alianza Bolivariana de los Pueblos de nuestra América - Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP).

El ALBA constituye la lucha histórica de América Latina que, tal y como cita el texto de creación: “el objetivo de construir una Patria Grande en la América Latina, según lo soñaron los héroes de nuestras luchas emancipadoras”.

Los pueblos de América Latina ya han comenzado a transformar el sueño de Bolívar en una maravillosa realidad, donde más que un tratado comercial, los pueblos de Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Dominica, San Vicente y las Granadinas, se han unido fraternalmente para defenderse del modelo capitalista del ALCA, que no ha hecho más que llevar a la ruina a Latinoamérica y mantenerla permanentemente sometida a los intereses económicos del país más bélico del mundo, EEUU.

Por su puesto el imperialismo no va aceptar de ninguna manera que los pueblos se hayan cansado su explotación.

Las esperanzas de cambio sobre política internacional del gobierno Obama no han sido más que una farsa al demostrarse que una de las tácticas del imperialismo es el uso de la guerra y más concretamente en Latinoamérica donde han sido partícipes de innumerables golpes de estado.

El bloqueo económico a Cuba supone un ataque desmesurado hacia los derechos del pueblo cubano, que es el principal partícipe de la realidad Latinoamericana por la heroica lucha en defensa de su Revolución, a pesar de todas las dificultades en las que se ven a causa del bloqueo yankee.

El primer ataque del ALBA ha sido el golpe de estado en Honduras. A pesar de las negativas de EEUU de su participación en el golpe, hemos visto como los Yankees aceptaban a un gobierno ilegítimo, en primer lugar, porque no fue elegido democráticamente, sino en un momento en el que estaban en el poder los que perpetuaron el golpe de estado y en segundo lugar porque ese mismo gobierno está asesinando a los defensores de la legalidad democrática.

Para más señas, Manuel Zelaya ha declarado que todo indica que el golpe fue planificado en la base militar de Palmerola, que fue establecida por Washington en 1984, a 70 km al norte de la capital hondureña.

Por su puesto la República Bolivariana de Venezuela no se queda atrás ante los ataques del imperialismo, ya sea a través de los medios de comunicación mediante la denominada guerra de cuarta generación, y los reiterados ataques del régimen proyankee de Álvaro Uribe, del que cabe destacar que ha dejado un país brutalmente reprimido, tal y como se demuestra en la fosa común de la localidad de Macarena, con más de 2000 muertos no identificados cerca de un batallón del ejército paramilitar colombiano, un país que alcanzó la cifra más alta de desempleo en seis años según el informe Panorama Laboral 2009, presentado recientemente por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Este presidente a través de su embajador en la OEA, Luis Alfonso Hoyos, consiguió convocar una reunión de urgencia donde presentaban unas supuestas pruebas de lo que durante muchos años Uribe dijo pero no demostró, la presencia de tropas de la guerrilla de las FARC y ELN en territorio venezolano.

La posición de la OEA aceptando esa reunión de urgencia, días antes de que Uribe dejara su cargo como presidente de Colombia, es la más fiel prueba de que EEUU busca la confrontación diplomática contra el Presidente Chávez ya que no tienen manera de demostrar que hay tropas de las FARC y ELN en Venezuela.

L.B.

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