Son ya 11 años desde que la Revolución Bolivariana alimento las ansias de justicia social al pueblo venezolano.
Desde el balcón de Miraflores, la casa del pueblo, el Presidente Chávez proclamaba lo que hoy en día es un hecho, que su gobierno iba a ser el gobierno del pueblo, ante una multitud arrolladora de alegría característica de un pueblo que recobra su esperanza después de muchos años sometido al imperialismo.
Los datos hablan por si solos, el presidente de ONU, Alí Abdessalam Treki, resaltó los logros alcanzados del Gobierno Bolivariano de Venezuela, cumpliendo con creces las metas del Milenio, que valora la erradicación de la pobreza, el acceso a la educación primaria universal, la igualdad entre los géneros, la mortalidad infantil y materna, el avance en la investigación frente al SIDA y el sustento del medio ambiente.
Como dato importante se debe de valorar además que según el estudio del Latino barómetro de este año (estudio de opinión pública que aplica anualmente alrededor de 19.000 entrevistas en 18 países de América Latina representando a más de 400 millones de habitantes), Venezuela se confirma con 80% como la mayor conciencia democrática en Latinoamérica, cuyo promedio regional es de 59% y además resalta que Venezuela es el país menos desigual de toda Latinoamérica, obteniendo un 36% sobre la medida latinoamericana que es de 21%.
Hoy por hoy el pueblo Bolivariano de Venezuela tiene las riendas de su propio destino en sus más altas dimensiones, gozando de la libertad que tiene un país declarado libre de analfabetismo por la UNESCO y siendo partícipe de las decisiones del país a través de los consejos comunales, que han supuesto un papel protagónico de todas las mujeres y los hombres en la política diaria del país, logrando alcanzar en 2009 el índice de Gini más bajo de la historia venezolana y el continente latinoamericano, lo que implica avances en la redistribución equitativa de la riqueza y la disminución de la desigualdad.
Todos estos avances logrados bajo el empoderamiento de las venezolanas y los venezolanos son grandes alicientes en el año en el que Venezuela festeja el Bicentenario de su Independencia.
Hoy el pueblo bolivariano de Venezuela puede celebrar que por fin tiene las armas para alcanzar su total independencia bajo el indiscutible liderazgo del Presidente Hugo Rafael Chávez Frías.
Don Isaías Rodríguez, Embajador de la República Bolivariana de Venezuela ante el Reino de España, citaba en el foro sobre el Bicentenario de la Independencia celebrado en la Feria de Turismo de Torremolinos que “estamos dispuestos -con el consentimiento o no del imperialismo- a construir nuestro proyecto social solidario, complementario, justo, equitativo, sin excluidos, en paz, con libertad y con soberanía. No vamos a pedir permiso esta vez. Lo vamos a construir. Y ya empezamos.”
Efectivamente el pueblo bolivariano de Venezuela está reescribiendo su historia con la fuerza digna de la Espada de Bolívar, defendiéndose del feroz capitalismo en su forma más extrema: el imperialismo.
Hablando de la Independencia de Venezuela, hablamos también de la Integración de Latinoamérica.
Hasta ahora todos los países de Latinoamérica han estado sometidos al imperialismo estadounidense sin ninguna posibilidad de cooperación entre países hermanos.
El 14 de Diciembre del 2004, la República de Cuba y la República Bolivariana de Venezuela comienzan el camino hacia la integración y crean la Alianza Bolivariana de los Pueblos de nuestra América - Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP).
El ALBA constituye la lucha histórica de América Latina que, tal y como cita el texto de creación: “el objetivo de construir una Patria Grande en la América Latina, según lo soñaron los héroes de nuestras luchas emancipadoras”.
Los pueblos de América Latina ya han comenzado a transformar el sueño de Bolívar en una maravillosa realidad, donde más que un tratado comercial, los pueblos de Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Dominica, San Vicente y las Granadinas, se han unido fraternalmente para defenderse del modelo capitalista del ALCA, que no ha hecho más que llevar a la ruina a Latinoamérica y mantenerla permanentemente sometida a los intereses económicos del país más bélico del mundo, EEUU.
Por su puesto el imperialismo no va aceptar de ninguna manera que los pueblos se hayan cansado su explotación.
Las esperanzas de cambio sobre política internacional del gobierno Obama no han sido más que una farsa al demostrarse que una de las tácticas del imperialismo es el uso de la guerra y más concretamente en Latinoamérica donde han sido partícipes de innumerables golpes de estado.
El bloqueo económico a Cuba supone un ataque desmesurado hacia los derechos del pueblo cubano, que es el principal partícipe de la realidad Latinoamericana por la heroica lucha en defensa de su Revolución, a pesar de todas las dificultades en las que se ven a causa del bloqueo yankee.
El primer ataque del ALBA ha sido el golpe de estado en Honduras. A pesar de las negativas de EEUU de su participación en el golpe, hemos visto como los Yankees aceptaban a un gobierno ilegítimo, en primer lugar, porque no fue elegido democráticamente, sino en un momento en el que estaban en el poder los que perpetuaron el golpe de estado y en segundo lugar porque ese mismo gobierno está asesinando a los defensores de la legalidad democrática.
Para más señas, Manuel Zelaya ha declarado que todo indica que el golpe fue planificado en la base militar de Palmerola, que fue establecida por Washington en 1984, a 70 km al norte de la capital hondureña.
Por su puesto la República Bolivariana de Venezuela no se queda atrás ante los ataques del imperialismo, ya sea a través de los medios de comunicación mediante la denominada guerra de cuarta generación, y los reiterados ataques del régimen proyankee de Álvaro Uribe, del que cabe destacar que ha dejado un país brutalmente reprimido, tal y como se demuestra en la fosa común de la localidad de Macarena, con más de 2000 muertos no identificados cerca de un batallón del ejército paramilitar colombiano, un país que alcanzó la cifra más alta de desempleo en seis años según el informe Panorama Laboral 2009, presentado recientemente por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Este presidente a través de su embajador en la OEA, Luis Alfonso Hoyos, consiguió convocar una reunión de urgencia donde presentaban unas supuestas pruebas de lo que durante muchos años Uribe dijo pero no demostró, la presencia de tropas de la guerrilla de las FARC y ELN en territorio venezolano.
La posición de la OEA aceptando esa reunión de urgencia, días antes de que Uribe dejara su cargo como presidente de Colombia, es la más fiel prueba de que EEUU busca la confrontación diplomática contra el Presidente Chávez ya que no tienen manera de demostrar que hay tropas de las FARC y ELN en Venezuela.
L.B.
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